Que aplicada al juego de competencias deportivas,
juzgo como buena estrategia dado el compromiso para el que los jugadores se
entrenan en ese dominio: Jugar para obtener el mejor resultado, que de acuerdo
a la elección del deporte que cada persona elije, puede ser éste un juego
individual o grupal.
Mi pregunta de hoy es:
¿Vivimos en nuestra vida como en un
campo de juego?
En muchas ocasiones y en distintas áreas de nuestra
vida, observamos que esta frase tan común y aplicable al mundo del deporte, es
aplicada también a las relaciones personales.
Escuchamos decir a veces, mi marido, mi esposa, mi
hermana, mi amigo, nuestro jefe, algún compañero de estudio o de trabajo, etc.
…, “Esta siempre a la defensiva”…..
¿Por qué surge esta necesidad, tal vez, exagerada de
defenderse? ¿Cuáles son las consecuencias que nos trae?
Podemos afirmar que la naturaleza humana, nace con
un instinto de conservación y que de manera hasta espontánea, ante cualquier
amenaza o peligro aflora. Podemos llamar a ese “instinto” de origen biológico
hermanado con nuestra psiquis. De “accionar instintivamente”, es probable que
ese instinto de conservación, que lleva a una
persona a marcar con recelo su propio territorio, traiga como
consecuencias conflictos y malentendidos que se instalan en su interacción con
los demás.
Desde la naturaleza del SER, todo lo que decimos,
toda acción que realizamos, presupone un juicio nuestro, sobre lo que como
seres humanos, nos es posible ver, pensar, sentir. Por lo tanto cada vez que
decimos o hacemos algo manifestamos una determinada manera de interpretar las
cosas y los hechos.
“Las personas creen que lo que piensan es verdad”.
Por lo tanto si creemos y
consideramos que el mundo es hostil y amenazador, las relaciones se convierten
sin más en un terreno peligroso, en el cual a los otros, los veremos como
rivales y no como aliados.
“Estar a la defensiva” …. Podemos interpretarlo como
reaccionar en el presente con la carga del pasado y anticipando una amenaza
futura…….
“Estar
a la defensiva”… es una actitud, que si la adoptamos creamos un pared de
desconfianza entre nosotros mismos y los otros….
“Estar
a la defensiva”… nos conduce al aislamiento y
a someternos a errores en nuestra interpretación….
“Estar
a la defensiva”….. nos genera confusión.
Para
cambiar de esa actitud, si así la distinguimos y lo elegimos, es necesario que
aprendamos y nos entrenemos en comunicarnos de una manera franca y efectiva.
Que generemos una comunicación con los demás, productiva.
Una
mayor confianza real en uno mismo, nos ayudará a expresar lo que nos disgusta, manteniendo con los demás
una relación abierta y confiada donde el otro se considere un aliado y no un
enemigo.
Tomar
consciencia de la propia actitud defensiva no bastará, aún así es el primer
paso más importante: DISTINGUIRLA… solo así podremos elegir cuestionarnos como
“queremos estar siendo”, para transformar esa actitud en algo distinto.
Ganar
Y ganar “Ir a la derecha o la izquierda es fácil. Ganar y ser vencido
es fácil también. Pero no ganar ni ser vencido es muy difícil” (proverbio)
La
actitud de estar a la defensiva, parte de una creencia limitante, que
sostiene, que en las relaciones siempre hay alguien que gana y quien pierde……
Lograr
ver lo contrario y elegir algo diferente nacerá de nuestro espacio reflexivo.
LAS RELACIONES TAMBIÉN PUEDEN
ENTENDERSE Y VIVIRSE DE UN MODO BIEN DISTINTO.
Stephen
R. Covey, autor de renombrados Best Sellers, habla en sus libros de la
filosofía del yo gano/tú ganas. La relación realmente satisfactoria es aquella
que en lugar de crear dos bandos enfrentados busca la cooperación y la unión de
fuerzas, con lo que cada persona obtiene un beneficio.